La rinoescultura secundaria es la cirugía de nariz en una nariz que ya ha sido operada una o varias veces: después de una rinoplastia primaria.

La nariz puede operarse varias veces, cuando los resultados estéticos o funcionales son insuficientes o fracasan. Estos fracasos son generalmente atribuibles a parámetros que no dependen ni del cirujano ni del método quirúrgico: fibrosis, retracción, flebitis, infección, hematomas, cicatrices hipertróficas…

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Ya sean postraumáticas o congénitas, la extensión de las lesiones puede constituir un defecto casi insalvable. En este caso, es obligatorio que el profesional advierta de la insuficiencia del resultado. Estas rinoplastias secundarias se basan en técnicas sofisticadas que a veces utilizan injertos de reconstrucción ósea y cartilaginosa.

Enfoque psicológico

Cada individuo más o menos decepcionado o incluso insatisfecho con la cirugía primaria de nariz debe ser equilibrado en su reacción al resultado:

  • Ser realista sobre el resultado final
  • Ser consciente de que la obtención de un resultado perfecto, tras la reintervención depende del estado de la nariz
  • Estar alerta sobre las dificultades técnicas y limitaciones relacionadas con los injertos de hueso o cartílago

Aproximación a los problemas

Realizar un diagnóstico y exploración clínica rigurosos para:

Preciso: lesiones y deformidades del entramado osteo-cartilaginoso o incluso muscular y del estado del revestimiento cutáneo.

Cuantifique: lo que se ha dejado en exceso, lo que se ha quitado en exceso, lo que se ha deformado, por esculpido torpe y lo que se ha desplazado por colocación o sutura inadecuada.

Evaluar: cuánto de cada uno de ellos estaba implicado.

El examen clínico interno: la rinoscopia y la fibra óptica valorarán la repercusión funcional, bridas, sinequias, adherencias y la posibilidad de encontrar una zona donante de injerto, local o remota (concha).

Además del examen clínico, las radiografías normales y blandas completarán la evaluación, y las fotografías de la cara, 3/4, perfil y orificios nasales (parte inferior de la cara) resaltarán ante el paciente las anomalías y correcciones a realizar.

Al final de este diagnóstico, la evaluación de la lesión seguirá siendo, sin embargo, relativamente imprecisa y la evaluación de la parte respectiva de cada elemento constitutivo de las deformidades a menudo sólo se realiza durante la operación y sigue siendo un descubrimiento sorpresa u operatorio.

Cosecha de injertos

  • Explicar la necesidad de injertar y aportar material natural, con el fin de reconstruir la nariz.
  • Los lugares de cosecha se determinarán de forma precisa e inequívoca.
  • Las ventajas de utilizar hueso o cartílago bien desarrolladas y explicadas.
  • Principios generales de la rinoescultura secundaria

Establecer un plan operatorio preciso:

  • Definir el lugar de recogida del injerto
  • Utilizar únicamente injertos de cartílago autólogo
  • Elegir una vía externa con la ventaja de la exposición global de la nariz.

La visión «abierta» de las estructuras osteo-cartilaginosas permitirá:

  • una valoración exacta de las deformaciones y lesiones subyacentes
  • la rinoescultura fina de las estructuras deformadas,
  • la reinclusión de los injertos que pueden suturarse bajo control visual en perfecta posición,
  • una reconstrucción precisa de la anatomía e integridad de la nariz.

Un cuidado muy particular es aportado al tratamiento de los injertos que serán esculpidos con partimonia y precisión. La puesta en posición y la fijación de los injertos serán:

  • refinadas, meticulosas, precisas hasta obtener el resultado esperado.
  • Se vuelve a cubrir la piel sobre la nueva nariz.
  • Las suturas de la mucosa endonasal se realizan con hilo muy fino, rápido, reabsorbible.
  • Se completa la Rinoescultura secundaria.
  • Una resina o un esparadrapo asegurarán la contención.
  • Se realiza la cirugía de la nariz.